martes, 28 de abril de 2015

Exagera, que algo queda.

La exageración como forma de imaginación.

La exageración es, en toda su petulancia, la forma más frustrada y carente de talento de la imaginación. Esa que nos lleva a estirar la cuerda hasta colocar los personajes o hilos argumentales   situaciones imposibles cuando la falta de imaginación, o de talento, nos impide desarrollar un buen guión, una buena escena.
En cambio provocamos la risa, el llanto, el drama o el vértigo sacando a los implicados de su zona de confort, o pretendendolo, a sabiendas de que no les movemos ni un ápice de su sitio, solo les estiramos y manipulamos para que parezcan absurdos. Meras marionetas en manos de un destino que parece escaparse de sus manos. Situaciones ridículas que se suceden. Acontecimientos dramáticos sin control a los que la realidad se ocupa de poner en su sitio (al fin y al cabo lo único que supera a la ficción es una buena dosis de realidad).

Así es como damos forma a héroes que dejan a los verdaderos héroes convertidos en personajes de andar por casa. Le ponemos a la realidad unas zapatillas y un batín, le damos un trozo de tarta de manzana con la que sentarse en el sillón y tragar cantidades ingentes de imágenes,  páginas y páginas de historias plagadas de personajes que son lo que ellos nunca serán, ambiciosos pero rectos, eficaces pero divertidos, fuertes pero con corazón, duros sin coraza, o con la capacidad de quitársela  a discreción ante la persona elegida, (por supuesto), que cumple a la perfección su papel de pequeño héroe. Divertidos, con su mesurada carga de ironía que nunca es sarcasmo y la capacidad de bromear cuando todo se desmorona. Panolis de libro, auténticos cretinos que a la hora de la verdad, se convierten en visionarios.

La realidad distorsionada y exagerada es la que vende libros, películas. Mundos en los que no creemos pero que nos alivian de nuestra propia normalidad, nuestro monótono andar por esta vida que, con solo mirarla con detenimiento, nos brinda historias que ni el mejor escritor podría imaginar.

Por eso, cuando cae en mis manos un buen libro me pilla tan por sorpresa y me gusta tanto. Casi me emociona.
Pero a pesar de ello, o precisamente por ello, no olvido que lo que buscamos en una buena historia es el equivalente al echar un vistazo a un accidente de tráfico en el que no estamos implicados o, si lo que queremos es divertirnos, sobrevolar un ridículo que ni nos roza por lo exagerado. Al fin y al cabo,  por qué dejar que la estricta interpretación de la verdad nos estropee, también, una buena historia?.


miércoles, 4 de abril de 2012

Si yo pudiera...

Si yo pudiera estar esta noche contigo
una hora más.
Si yo pudiera soñar y decirte al oido
un deseo secreto.
Encuéntrame esta noche en la Tierra de los sueños.

Si yo pudiera estar esta noche contigo
y verte al despertar.
Si yo pudiera gritar y mirarte sin miedo
al sentirte tan cerca.

Si yo...si yo
Si yo...si yo
Si yo...si yo pudiera...

Encuéntrame esta noche en la Tierra de los sueños,
encuéntrame esta noche...hoy

Encuéntrame esta noche en la Tierra de los sueños,
encuéntrame esta noche

Si yo pudiera estar esta noche contigo
una hora más.
Si yo pudiera soñar y decirte al oido
un deseo secreto.

Si yo...si yo
Si yo...si yo
Si yo...si yo pudiera...

Encuéntrame esta noche en la Tierra de los sueños.
encuéntrame esta noche
Encuéntrame en la Tierra de los sueños,
encuéntrame esta noche

Si yo...si yo
Si yo...si yo
Si yo...si yo pudiera...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Ojalá ( hoy me he levantado con ella en la mente)

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

jueves, 3 de noviembre de 2011

En la vida real.

En la vida real nunca ocurre.

En la vida real nadie sale corriendo del restaurante detrás de ti, te alcanza en medio de la acera, bajo la lluvia y te abraza y te besa y esconde la cara en tu pelo y te dice, te susurra al oído justo eso que necesitas oir.

En la vida real, nadie se te queda mirando cuando te inclinas sobre la fuente a beber agua. Nadie se muerde la boca, de ganas de morder la tuya y se acerca despacio hacia ti, mirando esa gota de agua hasta que no puede más.

Nadie te envía ese email, ese que lees a primera hora, antes incluso de salir de la cama y te hace sonreír, y esconderte un rato más, ronroneando entre las sabanas.

En la vida en la que vives, te quedas en medio de la calle, empapandote, buscando un taxi que no pasa.

Pasas delante de la fuente, sin mirarla, evitando el pinchazo que te produce.

Abres tu correo y esta lleno, de spam, de avisos, de cosas que ni te importan.

Pero es tu vida. Es ese tornado que te atrapa y antes de que te des cuenta te ha levantado, con casa y todo, como una Dorothy ingenua que no sabe que esta siendo arrastrada hacia Oz.

Y Oz, es un gran lugar para vivir.

lunes, 17 de octubre de 2011

Ganas.

De mandarlo todo a tomar vientos.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Ridícula.

Y a pesar de ello sigues y sigues. No puedes parar. Aunque sabes que lo estas siendo.

viernes, 19 de agosto de 2011

Ojalá!



Ojalá mis sueños se hicieran realidad, ojalá se hicieran, por que tengo un moton.