jueves, 14 de enero de 2010

TOMANDO EL TÉ CON EL SOMBRERERO LOCO...

Tan lejos.

Y tan cerca a la vez. Y el trayecto es un salto al vacío, una espiral, un agujero como aquel por el que caía el Conejo Blanco con Alicia pegada a sus talones.

El salto es mortal, pero la caída es suave y acolchada.

Y esa misma tarde estoy sentada a la mesa, tomando el Té con el sombrerero loco y el lirón, mientras el mundo gira allá arriba.

Algún día me harán salir de aquí. Algún día. Hoy me quedo aquí. Tomando el Té.