martes, 18 de noviembre de 2008

EL CONEJO, EL DRAGON, EL HUESO Y EL VIGUI

Ojoplatica y estupefacta me he quedado hoy.

Imaginaos la escena.

Cuarto de estar de mis tíos. En el balcón, el Vigui, el perro mil padres de mis primos. El Dragón se asoma a la puerta de cristal, ve al Vigui y se queda alucinado. "¡¡Ohhh!!! ¡¡que grande y que bonito!!!" debió pensar. El perro le mira, el Dragon le devuelve, fascinado, la mirada. De repente se da la vuelta, agarra su conejo de peluche y se lo intenta dar al Vigui a traves del cristal. El Vigui agradece el gesto con un par de lametones en el sitio donde estaba el peluche apoyado. Hasta aqui todo normal.

Ahora es cuando la que empieza a alucinar soy yo. Por que el perro mira unos segundos al conejo y al Dragón, se da la vuelta, husmea entre sus cosas y vuelve a la puerta del balcón con un hueso entre los dientes, y, con la clara intención de dárselo al Dragón, lo empuja contra el cristal.

Desde entonces tengo el corazon mas blandito, y la certeza de que el mundo es un lugar maravilloso.